La noche fiel amiga de pasiones se acerca con las ganas de tocar, un roce y muchas dudas; cinco años de existencia. Siento su fuerza en mis dedos, mi mano y mi cabeza, no entiendo qué sucede, parece que algo quiere de mí, pero no sé qué es. Siento cosquillas y me gusta, pero me asustan los truenos que se oyen, veo oídos en las nubes; me toca y me quita el techo, siento que la lluvia curvada se desliza desde mi mirada, ¡no, no! Sigo sin sentir cuando su mano baja por la pradera, me llama y me acuesto a su sombra, no comprendo lo que sucede, pero el firmamento estrellado ha quedado develado, se sube la torrente, quedo tres metros bajo el agua y no siento nada. Creo que la oscuridad está alterada, agitada y damos vueltas, el universo es mayor, con más experiencia, ahora siento la presión del agua y me duele mi entrepierna. De repente vuelven las nubes y simplemente desaparecen las estrellas, la noche me empuja y me grita; tanto cariño y ahora apatía. Vuelvo a mi cama y no duermo, algo sucedió, pero no lo entiendo, me duele y no sé cómo calmarme. Ahora soy un río seco, un desierto que no encuentra su oasis.
-Diego Bonelo