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  • Foto del escritorMi Cuerpo/Min Krop

En busqueda de mí mismo.

Actualizado: 1 mar 2022

Cuando tenía 5 años me dijeron ‘métalo aquí que es rico’, esto sucedió en algunas ocasiones (con diferentes personas) hasta mis 10 años, pero fue hasta mis 21 años que comprendí que aquellos encuentros habían constituido violaciones. Al parecer ser hombre en la sociedad es tener la capacidad para estar con muchas mujeres y yo… “yo tenía mucha experiencia”. A mis 7 años murió mi hermano menor, en el recorrido al cementerio le dije a toda mi familia

‘no voy a llorar más, porque los hombres no chillan’

y las personas a mi alrededor rieron al ver cómo limpiaba mis lágrimas.


A los 12 años mi padrastro me dijo ‘si uno no se come lo que calienta, llega otro y aprovecha’, y me pasó una tira de condones, gracias por ello. A esa misma edad me esforzaba por ser agresivo, no me permitía llorar y peleaba frecuentemente, en mi familia y en la calle.


A los 13 defendía a mi hermana menor, peleaba con cualquiera que la hiciera sentir mal, pero a la vez hacía llorar a las que se enamoraban de mí, las manoseaba, las usaba y luego lo contaba a otros amigos.


A los 14, en el colegio había un chico que parecía ser gay, pero le hacía bullying, porque era muy afeminado. Un día en la clase de informática le enviamos un video porno de dos hombres teniendo sexo, era un virus y no se podía quitar de la pantalla. Salió corriendo, creo que llorando; le pido disculpas.


A los 15 años era amigo de mujeres trans, pero nunca permití que se acercaran demasiado y jamás las presenté en mi círculo social. Para un amigo, ellas solo eran una aventura sexual y me contaba todo lo que hacían, así como las formas de sus cuerpos, en ocasiones operadas, y rechazábamos a las que se travestían, pues en una mente cerrada esto causa asco. Cuando tenía 16 estaba con varias mujeres, aun cuando tenía novia.


A los 17, ya en la universidad, quizá por el cambio de ciudad, fui diferente, más calmado y dispuesto al diálogo, sensible y en pro de los derechos humanos. En ese momento iniciaron los cuestionamientos:

‘¿eres gay?, yo juraba que eras gay, a mí me habían dicho que eras gay’.

La masculinidad se rompe si no cumples con las expectativas sociales, si no hablas de fútbol ni de tetas y culos, además te debe gustar la (mujer) que les gusta a todos, de lo contrario eres gay. Había sido bailarín en mi adolescencia y por ello mi caminado y el movimiento de mis manos era diferente, y solo por esto, para las personas a mi alrededor, era gay.


Hoy en día estudio temas de género y sobre las masculinidades. Me he dado cuenta de que la idea de masculinidad es la sociedad queriendo controlar tu vida, diciéndote qué metas son para ti y cuáles no, cómo vestir, hablar, caminar, mirar y sentir…


Desde mi cuerpo y mente persisto cada día en configurar una forma de ser, para mí ser sensible, amoroso conmigo y con las personas a mi alrededor, ser humano y sobre todo, no violento.


-Diego Bonelo

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