Crecí en un mundo hermoso, lleno de cosas que no podía describir, un mundo en el que quería volar y ser libre, pero fui encerrado en una burbuja la cual no podía reventar, lo único que deseaba era ser feliz y explorarlo sin miedos. Encerrado en una burbuja con aves carroñeras, pensaba que nunca escaparía, hasta llegué a pensar que el mundo era como esas aves esperando a atacar.
Me consideraba un niño normal, es más, era y soy un niño normal, un humano que siente pero que es más susceptible que el resto. Pero todos decían que era de otra especie, un bicho raro, algo que estaba destinado a sufrir por toda la eternidad, no entendía por qué, tal vez porque odiaba el fútbol y prefería las lindas Barbies rubias, o tal vez era porque siendo un niño me enamoraba de los otros niños, o tal vez porque... ¡No entendía por qué decían que era diferente! ¿Por eso?
¿Acaso no soy un niño como todos los demás porque simplemente no me gustan las niñas?
No soy especial, simplemente nací con otro chip, pero eso no me hace diferente. Incluso algunos niños se atrevían a llamarme niña, maricón y mil cosas más; no tiene nada de malo ser niña, ni maricón, pero por alguna razón esas palabras resonaban en mi cabeza como balas impermeables.
Hasta que entendí que esa burbuja de aves carroñeras no era el lugar donde yo tenía que estar, así que después de muchos años de lucha la logré reventar y ahora puedo tocar el pasto y las lindas flores y a pesar de que nunca se borrarán mis cicatrices cada vez que las mire me sentiré más fuerte y con más ganas de luchar, porque a pesar de todo lo que me dispararon nunca me dejé morir y al fin encontré mi lugar en el mundo ¿Tú ya encontraste el tuyo?
-SadDevil